Una verdad de perogrullo diría: si no hay incompatibilidad, sí, sino, no.
Ahora, si nos queremos acercar a algo que nos resulte más útil, tenemos que avanzar en establecer si existen o no compatibilidades...
Y nos parece que para esto es útil diferenciar el análisis desde el punto de vista moral o ético y dogmático...
Entendemos, que en lo moral o ético existe mucha semejanza no solo entre el cristianismo y el budismo, sino entre todas las religiones... ahora, si bien podría sostenerse que que el budismo es más respetuoso con la naturaleza y más pacifista (siendo el budismo la única gran religión sin guerras santas en la historia), en la fe, la diferencia es notable.
Y esto es así porque no es lo mismo creer en un Dios impersonal (budismo), que en un Dios personal (judaísmo, Islam, cristianismo).
En el cristianismo, cuando el hombre muere, su conciencia no la pierde, su individualidad siempre se mantiene, aunque esté
viendo a Dios cara a cara por siempre. Por el contrario, en el budismo, también se da esa unión
con Dios, en la otra vida, pero como se sostuvo más arriba, en el sentido de que Dios no es una persona, el hombre pierde su conciencia personal, estando unido con Dios (al que
se llama "Nada", pero que no tiene nada que ver con la nada nihilista)
y que el hombre no está siendo consciente de ello.
En resumen, en el cristianismo se dará una unión
con Dios, pero el hombre siendo él, es decir, el hombre sigue siendo el hombre y Dios sigue siendo Dios, al menos en cuanto a sus "personalidades", mientras que con la Nada búdica sucede que el hombre se
funde en ésta, como el agua del río se funde con la del mar al cual desemboca,
perdiendo su identidad como río.
Otra diferencia es que el budismo es
un intento del hombre en alcanzar su plenitud con sus medios, está en las manos
de cada uno; por el contrario, en el cristianismo, no es el hombre quien va hacia
Dios, sino, al contrario, es Dios que va hacia el hombre, quien da el primer
paso, que incluso se encarna: Dios se hace hombre para que el hombre se haga
Dios, dijo san Agustín.
Hay otras diferencias, como el resumir, por parte del
budismo, la moral con la palabra sabiduría o iluminación, mientras que en el
cristianismo se habla de amor; aunque esta diferencia no parece tan importante,
pues entre sabiduría y amor hay una gran relación. Pero lo más importante es lo
que decía, sobre el Absoluto impersonal o personal.
Sin embargo, entendemos que capítulo aparte merece el Zen: con éste sí es el
cristianismo es compatible.
Para entender un poco, diremos que de religiones hindúes surgió el budismo, el cual no
fue una religión, sino una filosofía y una praxis; de ahí, surgió el Zen
- aparte de otras sectas y escuelas -. Y el Zen pasó a no ser ni siquiera esto.
El Zen, aunque históricamente procede del budismo, no es
budista. Puede serlo, pero no tiene por qué. Hay maestros Zen que son budistas,
pero los hay cristianos. En todo caso, ninguno es ateo ni nihilista.
El Zen es un camino de liberación, como el Yoga o como el
Tao.
Es una cosa muy difícil de entender para nosotros, puesto que el Occidente
carece de tradición en el sentido este de caminos de liberación.
El Zen es compatible con el cristianismo, porque es un
camino de liberación: y justamente por eso el Zen no te exigirá que abandones tu fe ni que te
aferres a ella, te dejará libre.
Lo que sí te pedirá un maestro Zen, si le
pides instrucción, es que tengas un espíritu religioso, no ya necesariamente
que creas en tal o cual credo o religión, sino que tengas ese espíritu en sí: no hay cabida para los ateos, nihilistas y gente que no procura
llegar a ser auténtica, porque ellos mismos se encierran en sí, con su ego.
Y por eso nosotros preferimos no hablar de religión, sino de espiritualidad... El término religión, a lo largo de los años, se lo fue asimilando cada vez mas con dogmas, credos, instituciones, burocracias, políticas... Y creemos que el término espiritualidad representa más ese componente místico que toda religion conserva, y que en filosofías como el Zen se ven más reflejadas...
Y eso por eso que entendemos que el Zen es de gran utilidad para el cristiano, porque te
enseña a vivir el momento presente, lo que da una importancia de primerísimo
orden para la vida espiritual: cada vez que apagamos las luces que
en vano se han dejado encendidas los insensibles compañeros de trabajo, o
cerramos el grifo que han mal cerrado los mismos, o cuando colocamos
correctamente los zapatos cuando vamos a acostarnos, etc., estamos realizando
un acto que la gente ignorante no valorará, pero que el sabio o el
santo sí, y mucho, porque sabe que con esas pequeñas cosas está realizando
actos que salvan miles de seres vivientes, o sabe, según la fe de cada uno, que
de algún modo ayuda a Cristo a corredimir el mundo.
Existe un convento en Suiza de capuchinos (de la orden de
san Francisco de Asís) en el que sus frailes viven y practican ahí el Zen: es decir,
además de imitar a Cristo, son Zen.
Dijo un maestro Zen del siglo pasado, Taisen Deshimaru (que
oficialmente no era cristiano): "Cristo o Dios viene a ser lo mismo."
También un maestro Zen, hace siglos, jamás oyó hablar del cristianismo y no era
consciente de la existencia de otras religiones aparte de la budista (él era
analfabeto), hasta que un día un discípulo suyo le leyó el Sermón de la Montaña (que, juntamente
con el Padrenuestro, resume toda la enseñanza de Cristo). El maestro quedó
maravillado de lo que oyó, se sentó en loto a meditar en profundidad sobre la
cristiana enseñanza, y después dijo a sus discípulos: "Amigos, sin duda
esto que ha leído es precisamente todo lo que os he tratado de enseñar durante
estos años."
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